Siempre he valorado el trabajo manual y el de aquéllos que arreglan aquéllo que ha dejado de funcionar y evitan que se tire al recuperar toda su función. Provengo de aquéllos años en que las cosas se usaban mientras servían, y solo se tiraban cuando ya no podían arreglarse más. Tal vez por eso valoro tanto a los trabajadores que dedican su inteligencia a reparar lo roto.
Toda ocupación que conduzca a crear algo nuevo o a transformar algo viejo en utilizable me produce una secreta fascinación. Valoro mucho a todos los que crean algo: un botijo, una puerta, un tabique, trabajos de agricultura que conducen a que puedan fructificar productos de la tierra.
Disfruto y me emociono al observar la inteligencia que hay que utilizar para obtener un pan en su punto, dulces, vinos, licores, cualquier producto elaborado y me produce placer el contemplar las habilidades que cada oficio necesita para un obtener un trabajo bien hecho..............
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