viernes, 1 de julio de 2011

Isabel II, una biografía para la reflexión. 02.

Por eso, con tal soporte constitucional, la biografía se convierte en decisiva para el análisis político, porque la subjetividad no fue solo el escenario íntimo de la reina o el cedazo con el que tamizó la realidad objetiva, sino que esa subjetividad construyó en sí misma realidad y estableció las lindes de su entorno. La subjetividad de la reina, por tanto, se hizo práctica de un poder cuya extraordinaria complejidad se desentraña con precisión en la obra de Isabel Burdiel para ofrecernos, con suma riqueza de detalles, los condicionantes de las singulares decisiones de una personalidad a caballo entre el absolutismo en que fue educada y el parlamentarismo que le tocó ejercer. La autora profundiza en cuantas representaciones y adquisiciones culturales dieron cobijo a la reina para desplegar su libertad y sus espacios propios de experiencia. En todos los capítulos del libro destaca el afán de comprender las circunstancias de una vida que, ya desde la niñez, se desenvolvió entre complicaciones políticas ante las que no puede decirse que la reina supiera desarrollar el sentido de la responsabilidad que le había tocado ejercer por herencia familiar. Fue educada por una camarilla de damas de la aristocracia claramente absolutistas y opuestas al liberalismo. Hicieron del capricho la norma de su carácter. A esto se sumó la distancia afectiva de una madre, María Cristina de Borbón, preocupada sobre todo por el poder y por su nuevo marido (incluyendo la prole de ese nuevo matrimonio). No solo fue regente hasta 1840, sino que, reinando su hija, mantuvo un fuerte peso político hasta 1854. La niña y luego adolescente reina desarrolló así una opacidad personal que se observa en la casi nula capacidad de reflexión para cumplir con sus deberes constitucionales. Las anécdotas más o menos castizas, por el contrario, así como sus vaivenes de ira o de generosidad, no hicieron sino esconder esa personalidad zarandeada por la delgada raya que separaba lo público de lo privado en aquellos años en que tal línea divisoria estaba construyéndose como parte del nuevo sistema liberal.

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