CRÍTICA DE FOTOGRAMAS
Para quien disfr ute de la inteligencia en movimiento
Lo mejor: su capacidad de síntesis y revelación.
Lo peor: que a alguien le distancie la poética guzmaniana.
Por Jordi Costa
En la mirada del cineasta Patricio Guzmán, la exigencia ética del documentalista a la hora de levantar acta sobre la realidad y fijar una memoria colectiva convive con la desbordante subjetividad del poeta, capaz de encontrar inesperadas relaciones y desvelar, por así decirlo, el idioma secreto del mundo. El realizador chileno parece haber conquistado la cima de esa síntesis en sus dos últimos trabajos: 'Nostalgia de la luz' (2010), que usaba como campamento base el desierto de Atacama para confrontar el imponente misterio del firmamento con la culpa colectiva enterrada bajo la arena, y la presente 'El botón de nácar'.
En esta última, Patricio Guzmán toma otra referencia geográfica (la costa patagónica), para encontrar una rima reveladora en dos objetos separados por el tiempo, pero unidos por su condición de evidencias delatadoras de dos exterminios: el de las primeros pobladores indígenas bajo el poder depredador del colonialismo y el de los desaparecidos durante la terrible dictadura de Augusto Pinochet. La serenidad reflexiva del director pasa de lo etéreo a lo devastador con absoluta maestría.
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